Abordaré este tema con un lenguaje sin tanto tecnicismo porque me interesa que lo
comprendas de manera sencilla.

¿Te has preguntado alguna vez, qué son los procesos?
Quise investigar según la Biblia qué es un proceso y me gustó esta definición, que para mí
es clara y concisa, dice que es: “Ir adelante, o ir hacia un fin determinado”. Mientras
que el diccionario de la lengua española, lo describe como “La acción de ir hacia
adelante”. (es la forma práctica que elegí para compartir contigo).
Como seres humanos en nuestro caminar por la vida, pasamos por ciertas temporadas en
las cuales debemos de ser procesados, porque los mismos nos ayudan a madurar, a crecer,
a avanzar en nuestra vida, entre otros. Muchas veces nos acomodamos y nos quedamos
en una zona de confort y llegamos a sentir que ahí estamos bien, que no necesitamos más.
Has meditado ¿por qué sigues ahí?

Lo que sucede es que nos llegamos a acostumbrar tanto a esa comodidad que no
quisiéramos que algo nos mueva de ahí y llegamos al punto de hasta volvernos rutinarios,
haciendo todos los días las mismas cosas que ya nos parecen hasta aburridas, pero no
deseamos buscar algo más, porque a veces el temor, la incertidumbre y otros pensamientos
negativos se hacen presentes y creemos que, si nos movemos algo no va a salir bien.
Tomando en cuenta las descripciones arriba mencionadas de lo que es un proceso, creo
que ya te estás haciendo una idea de por dónde va este asunto.
Ahora quizás te preguntes, y qué tiene que ver todo esto con lo que yo estoy pasando en
estos momentos. Pues déjame decirte que tiene mucho que ver porque de una u otra forma
se ven afectadas tus emociones, tu forma de pensar y actuar, mientras estás pasando por
tu propio proceso y porque nadie más lo puede vivir por ti.
Regularmente los procesos son dolorosos porque nos sacuden, nos sacan de lo que hemos
estado haciendo, muchas veces puede traer confusión y cuando eso sucede, salen de
nuestro interior muchas cosas que estaban escondidas en lo más profundo de nuestro ser,
nuestras emociones se ven comprometidas, y salen a flor de piel. Mi pregunta es: ¿Estás
pasando por algo similar? Posiblemente algunas veces lo primero que viene a tu mente es

¡oh no!, me siento triste, ¡no tengo una razón por qué sentirme así!, ¡ya va a pasar y todo
va a cambiar!, etc. y cuando te das cuenta van pasando los días, los meses y hasta años
en la misma situación, luego piensas que es ansiedad o una depresión, los menciono
porque son los más comunes, y luego buscas en los medios más usuales y prácticos donde
se te facilitan los cuestionarios y te autoevalúas, finalmente ya tienes un autodiagnóstico;
pero sucede que sigues lidiando con los mismos síntomas, por así decirlo, porque
posiblemente solo estés pasando por un proceso que tiene fecha de caducidad; es
importante tener las herramientas para aprender a vivir estos procesos de una manera
tranquila, no permitiendo que estos te hagan perder el gozo, la paz y llevarte al desequilibrio
emocional en tu diario vivir.
La buena noticia es que estos procesos no son para quedarse, una vez los identifiques y
hagas tu parte, será una experiencia diferente porque se habrá cumplido el propósito para
lo cual llegó a tu vida; pero si no los identificas no podrás llevarlos de manera adecuada,
recuerda que estos tiempos son para avanzar, ir hacia adelante y que cumplan su fin
determinado. Se podrían convertir en un malestar psicológico si no lo identificas a tiempo
y podrías sentir que vas cargando con ello como si fueran cadenas que no te dejan
prosperar.
¿Cómo identificar que estoy atravesando por una depresión o simplemente estoy viviendo
un proceso?
Es bien cierto que cada caso es distinto, porque tú eres único, aunque las situaciones sean
similares, es necesario conocer cómo piensas y por lo tanto sabré cómo resuelves, pero no
te preocupes, puedo ayudarte a identificar en tu situación y cómo resolverlo adecuadamente
para que no te sientas en un caminar sin rumbo y que esto no sea una tortura para ti.
Créeme que, si sabes identificar por lo que estás atravesando, al final te darás cuenta de que
lo que viviste te moldeó, te transformó y te hizo aprender algo muy importante en tu vida,
que forjó en ti la madurez, el crecimiento personal y te llevó en ese viaje a ser una persona
diferente, y que al final ¡serás como un diamante pulido!

Rebeca Abril
Colegiado 6812

Psicóloga, Orientadora Vocacional y Laboral

Scroll al inicio